Tarta de queso y arándanos sin horno

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Tarta de queso y arándanos sin horno

Si eres fanático de los postres con queso y arándanos, entonces esta tarta te encantará. Lo mejor de todo es que no necesitas encender el horno, ¡así que es perfecta para los días de verano! Esta tarta es cremosa, dulce y ácida al mismo tiempo, gracias a la combinación del queso crema y los arándanos frescos. Además, es muy fácil de hacer y no requiere de muchos ingredientes.

Ingredientes y calorías:

  • 200 gramos de galletas tipo Digestive (900 calorías)
  • 100 gramos de mantequilla derretida (720 calorías)
  • 500 gramos de queso crema (1500 calorías)
  • 200 ml de nata líquida para montar (800 calorías)
  • 1 taza de azúcar glass (400 calorías)
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla (0 calorías)
  • 200 gramos de arándanos frescos (100 calorías)

Total de calorías: 3.420 calorías (8-10 porciones)

Receta:

  1. Tritura las galletas Digestive en un procesador de alimentos o en una bolsa y un rodillo. Añade la mantequilla derretida y mezcla bien hasta que las galletas estén húmedas y pegajosas.
  2. Vierte la mezcla de galletas en un molde desmontable para tarta y presiona firmemente con una cuchara para cubrir el fondo y los bordes. Lleva al congelador mientras preparas el relleno.
  3. En un bol grande, bate el queso crema hasta que quede suave y sin grumos. Agrega la nata líquida, el azúcar glass y el extracto de vainilla y mezcla bien.
  4. Saca el molde del congelador y coloca una capa de arándanos frescos sobre la base de galletas. Vierte la mezcla de queso crema sobre los arándanos y alisa con una espátula.
  5. Coloca algunos arándanos frescos por encima y lleva al frigorífico durante al menos 3 horas o hasta que la tarta esté firme.
  6. Cuando la tarta esté lista, desmolda y sirve. Puedes decorar con más arándanos frescos o con un poco de nata montada.

Tritura las galletas Digestive en un procesador de alimentos o en una bolsa y un rodillo. Añade la mantequilla derretida y mezcla bien hasta que las galletas estén húmedas y pegajosas.

Vierte la mezcla de galletas en un molde desmontable para tarta y presiona firmemente con una cuchara para cubrir el fondo y los bordes. Lleva al congelador mientras preparas el relleno.

En un bol grande, bate el queso crema hasta que quede suave y sin grumos. Agrega la nata líquida, el azúcar glass y el extracto de vainilla y mezcla bien.

Saca el molde del congelador y coloca una capa de arándanos frescos sobre la base de galletas. Vierte la mezcla de queso crema sobre los arándanos y alisa con una espátula.

Coloca algunos arándanos frescos por encima y lleva al frigorífico durante al menos 3 horas o hasta que la tarta esté firme.

Cuando la tarta esté lista, desmolda y sirve. Puedes decorar con más arándanos frescos o con un poco de nata montada.

¡Y listo! Disfruta de esta deliciosa tarta de queso y arándanos sin horno en cualquier ocasión especial o simplemente para darte un capricho. Anímate a probarla y verás que te sorprenderá con su sabor suave y fresco.

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